Le encantó la carta pero no aceptó lo que decía.

- No, yo quiero que nos sigamos viendo, quiero que ésto que hemos vivido no se pierda.

Yo, que no puedo evitar el ser mujer, lanzo una frase estúpida, de esas que no se deben decir en voz alta:

- Nunca he sabido explicarme tu y yo que clase de relación tenemos.

- ¿Tú que crees? - Responde... y con una sonrisa sarcástica me dice

- ¿Puedo ser tu “mocito”?

Sonreí, no por estar de acuerdo, sino porque el término no me gusta para ni mierda.

Malparido, le entrego con todos los adornos posibles mis pensamientos y ¿esa es su respuesta? Hijueputa, rata de alcantarilla.

Mal rayo te parta querida

por ser una puta mal agradecida

Respiré profundo y con esa cachetada me voy, a continuar con esta farsa de vida.